Magdalena Carmen Frieda Kahlo y Calderón fue una figura excepcional, como lo es su pintura. En traje tradicional mexicano, con una belleza interesante, personalidad carismática y talento excepcional, fascinó tanto a hombres como a mujeres. Disfrutaba de la vida tanto como podía, aunque ésta no fue amable con ella.
Las circunstancias en las que Frida Kahlo se dedicó a la pintura fueron extraordinarias. Todo comenzó con un accidente de tranvía cuando, de niña, regresaba a casa de la escuela con su amiga. Como resultado del impacto, uno de los pasamanos la atravesó de lleno, rompiéndole las costillas, la columna vertebral en tres lugares, la pierna izquierda en once, y aplastando la pierna derecha, dañándole el riñón y saliendo por la ingle. El espectáculo fue terrible y asombroso a la vez, porque su cuerpo desnudo masacrado (le habían arrancado la ropa) estaba cubierto con una pintura en polvo dorada, que se derramó sobre uno de los pasajeros del autobús.
Los médicos no le dieron muchas posibilidades, pero la niña sobrevivió milagrosamente. Incluso bromeó diciendo que finalmente había perdido su virginidad. Sin embargo, ganó una pasión a la que se dedicó el resto de su vida: el arte. Porque fue durante los largos meses de recuperación, cuando yacía inmovilizada en la cama, que miraba los álbumes y aprendía a pintar.
Pinturas de Frida Khalo
Las pinturas de la artista son principalmente los autorretratos. En ellos mostró su sufrimiento, así como un gran amor por su esposo, Diego Rivera.
Diego tuvo una gran influencia en las pinturas creadas por Frida. El pintor tejió elementos populares, colores brillantes y un simbolismo interesante en las obras. Uno de los temas que surgieron con frecuencia fue un mono. El simbolismo de este animal es variado, según la cultura mexicana se asocia con el deseo, pero en las pinturas de la artista suele tener un rostro más apacible.
El arte fue una forma de lidiar con el dolor después de un aborto espontáneo que Frida Kahlo experimentó varias veces. La pintura le permitió mostrar no solo el sufrimiento, sino también la soledad en estos momentos difíciles, como lo demuestra en una de sus pinturas más conocidas: Hospital Henry Ford.
Autorretratos
Como hemos mencionado ya, los autorretratos son de las obras más conocidas y a las que más tiempo dedicó Frida Kahlo. Los autorretratos de Frida Kahlo nos muestra una pintura completamente personal, sincera y, al mismo tiempo, profundamente metafórica y simbólica. Y es que en cada uno de ellos nos muestra tanto su sensibilidad exaltada como algunos de los acontecimientos más importantes que marcaron su vida, como el accidente de su infancia, su estado de salud frágil, su matrimonio con Diego Rivera, sus viajes, la pérdida de su hijo primogénito, y más.
Las dos Fridas
El cuadro de Las Dos Fridas fue finalizado en el año de 1939, justo el año en que se da la separación de Frida y Diego. En total, se trata de una pintura de dimensiones de 173 cm x 173 cm de largo y ancho, respectivamente.
Como su nombre lo indica, en la obra aparecen dos Fridas, sentadas y tomadas de la mano. En tanto que una se encuentra vestida con un traje tradicional mexicano, la otra viste a la usanza europea.
Algo que destaca es que las dos se encuentran con el corazón expuesto, por un lado, derramando sangre sobre un cuadro de Diego y del otro, siendo cortada por una tijera de hospital.
Es un cuadro que representa mucho dolor y nos da idea sobre el sufrimiento de Frida Kahlo a lo largo de su vida, destacando los elementos anatómicos y sentimentales.
Guillermo Kahlo
Guillermo Kahlo, de nombre de pila Carl Wilhelm Kahlo, nació en el Imperio Alemán en 1871 y murió en la Ciudad de México en 1941. Se trataba de un fotógrafo y artista, padre de Frida Kahlo, quien se dedicó durante años a la fotografía artística y técnica de diversas obras arquitectónicas de la capital mexicana, como lo son calles, iglesias, monumentos y más, mucho de lo que a día de hoy se conserva, no sin diversas restauraciones.
Fue una de las figuras que más influyó en la vida de Frida Kahlo, conforme sus propias palabras, aunque desgraciadamente no conoció su explosión como artista de forma internacional.
Frida Khalo y Diego Rivera
Frida vio a Diego Rivera por primera vez cuando era adolescente. Diego Rivera era feo, gordo y 20 años mayor que ella. Si bien, era famoso como seductor, infernalmente inteligente, dotado de carisma y un sentido del humor específico. Pero sobre todo fue un reconocido pintor y secretario general del Partido Comunista de México.
La joven Frida Kahlo quedó tan fascinada por el talento y el carácter revolucionario e impetuoso de Diego que, independientemente de su exuberante pasado amoroso, o incluso de que tenía esposa, decidió convertirse en la madre de sus hijos. Rápidamente lo sedujo, impresionándolo con su fantasía, franqueza, astucia, ironía y, sobre todo, su amor por el arte. Cuando la visitó por primera vez en la casa de su familia, ella lo saludó sentada en un árbol silbando «La Internacional».
El futuro suegro de Diego advirtió: “Frida está enferma, es inteligente y hay un demonio dentro de ella”. La boda fue más como una farsa, y supuestamente se llevó a cabo entre ropa interior de mujer secándose en el techo de la casa de la famosa fotógrafa italiana Tina Modotti, con quien se reunió la joven pareja. Frida Kahlo lució un traje prestado de una sirvienta india. Con motivo de su matrimonio, decidió cambiar su forma de vestir para complacer más a Diego. Rompió con los estereotipos para ponerse el tradicional traje tehuano.
Por desgracia, sus temperamentos fogosos no eran propicios para permanecer fieles. Frida Kahlo no podía perdonar más a Diego debido a que la engañó con su hermana. Por ello, ella decidió seducir a Trotsky; por despecho por su marido infiel, quien era un admirador del revolucionario ruso. Aunque quizás el más espectacular de los numerosos romances de Frida fue el que tuvo con el famoso artista Isamu Noguchi.
El alcohol ayudó a aliviar su dolor. Ya de jovencita, se decía de ella que “bebía tequila como un verdadero mariachi”. Al parecer, Frida Kahlo siempre llevaba consigo una botella que chupaba discretamente con coñac, o un frasco de perfume lleno de alcohol escondido en su sostén. Tampoco rehuyó el tabaco: en muchas fotos, incluida la de la boda, sostiene un cigarrillo en la mano.
La Casa Azul de Frida
La Casa Azul, como popularmente se le conoce, fue donde nació la artista, donde pasó muchas horas pintando postrada en la cama, donde regresó de sus viajes, donde pasó momentos felices con Diego, pero donde también vivió la amargura de las rupturas posteriores, y finalmente el hogar, donde ella murió, es hoy un destino muy popular para los turistas que visitan la Ciudad de México.
La Casa Azul ahora alberga un museo dedicado a Frida y su obra, siendo uno de los museos más populares de México. Este fue el deseo de Diego, quien, tras la muerte de Frida, legó la casa al Estado. Nada ha cambiado en La Casa Azul desde entonces. Una parte importante de la propiedad es el jardín interior, un lugar favorito de Frida Kahlo. De ahí procedían las flores que pintaba y decoraba su cabello con tanta frecuencia. Aquí también vivían animales, los héroes de sus pinturas, como monos, loros, gallinas, golondrinas, perros, el ciervo Granizo o el águila orgullosamente llamada Gertrudis Caca Blanca.